Llevar una vida sostenible puede ser un reto prometedor, pero hay veces que cuesta empezar a ponerse a ello. Existen muchas estrategias y muy personales, aunque desde aquí recomendamos empezar por estos pasos. Hoy en día todo el mundo tiende a abrazar la sostenibilidad y es más consciente de que hay que mantener un mundo estable de cara a las siguientes generaciones.
Cada decisión que tomamos, día a día, tiene cierto impacto en la Tierra, desde lo que comes, hasta el coche que utilizas. Por supuesto, no hay que ser extremos, esto no quiere decir que a partir de ahora solo comas verduras y que vayas andando a los sitios, pero puedes valerte de transporte público y reducir el consumo de carne.
Estos son solo dos puntos a tener en cuenta a la hora de cambiar nuestro comportamiento. Simplemente con esas dos intenciones, ya estás reduciendo tu impacto ambiental. Si quieres tener un estilo de vida respetuoso con el mundo, has de reducir la cantidad de recursos que tomas de él para protegerlo.
Como ya hemos comentado anteriormente, no existe una única forma de hacerlo, puedes ajustar los consumos que realizas según tu estilo de vida. Para ello, debes pensar qué tipo de energías utilizas más y cómo limitarlas, usar productos ecológicos y modificar tus hábitos dietéticos.
En resumidas cuentas, para ser una persona sostenible, tienes que tratar de tener un impacto discreto en el planeta y, a la vez, intentar reponer los recursos que utilizas. Si seguimos al ritmo actual, los recursos y la energía que se utiliza acabará por agotar los recursos de la Tierra.
Sin un cambio de actitud, los problemas medioambientales como pueden ser la contaminación o el cambio climático, seguirán amenazando a los seres vivos del planeta y a su medio ambiente.
Sin más preámbulos, daremos un repaso a varios cambios o ajustes que puedes introducir en tu estilo de vida para reducir tu huella ecológica:
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El uso de productos reutilizables
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Reducir el consumo de carne
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Las energías renovables
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Reducir el consumo de energía
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Haz uso del reciclaje
Un punto clave es dejar en el pasado los productos de un solo uso, sobre todo si están hechos de plástico. El destino de estos productos suelen ser vertederos y sino el océano, lo cual produce un daño fatal a la fauna y al medio ambiente. Existen alternativas reutilizables y ecológicas que es importante que conozcamos.
Más adelante, dedicaremos algún post a hablar de posibilidades y tipos de productos sostenibles para aquellas personas que puedan tener dudas.
Algo que también se ha visto muy incrementado durante los últimos años, son las dietas vegetarianas y veganas. Cuando la mayoría de los habitantes del planeta todavía éramos jóvenes, era realmente extraño cruzarse con alguien que no comiera carne.
Sin embargo, esta actitud provocaba que el proceso de producción de carne contribuyese al cambio climático y la contaminación de forma muy negativa. No es necesario volverse totalmente vegetariano o vegano, con la reducción del consumo de la carne, ya estás contribuyendo a sanar la Tierra.
También es importante señalar el miedo que tiene mucha gente a la falta de proteínas, pero el consumo diario de carne es incluso perjudicial para la salud. Bastaría con comer uno o dos días a la semana y, en caso de dejar de comer carne, existen sustitutivos y complementos que se pueden implementar en nuestra alimentación con la ayuda de un dietista.
Hoy en día todavía es complicado hacer uso de las energías renovables, son de un acceso económico normalmente elevado y las empresas privadas no terminan de implementarlas en sus productos.
Sin embargo, si es posible, deberías considerar la posibilidad de abastecer tu hogar con este tipo de energías para reducir las emisiones de carbono. Otro paso que puedes dar en esta dirección, es la sustitución de un vehículo de gasolina por diésel o incluso por uno eléctrico.
En relación a este punto, también es importante reducir las energías no renovables de las que inevitablemente hacemos uso. Si se utiliza menos energía, las emisiones de carbono también se verán reducidas.
Este tipo de actitud se verá reflejada en el hogar. Desconectar los electrodomésticos en ‘stand by’, tender la ropa en lugar de utilizar una secadora o usar mantas en lugar de la calefacción, pueden ser pequeños ejemplos que ayudan a ser más sostenible.
En este punto, nos gustaría hacer especial hincapié en lo importante que es la reducción de residuos, no simplemente la separación. Hace ya un tiempo que las campañas de reciclaje se pusieron las pilas en la sociedad volviendo a algunas personas locas entre los colores y los deshechos que van en cada uno.
Por supuesto que es beneficioso hacer un buen uso del reciclaje, pero las campañas de las empresas privadas que las llevan a cabo, poco mencionan acerca de la reducción de residuos. Cuando hayas exprimido todos los usos posibles de los productos, deposítalos en los contenedores adecuados.
Estos son algunos de los ejemplos que pueden ayudar a hacer tu vida un poco más sostenible. Sin lugar a dudas, el ahorro del agua, el uso del transporte público y la utilización de ropa sostenible, entre otros muchos puntos, deberían figurar en esta lista de forma más detallada, pero no queríamos extendernos demasiado.